Todo estaba arruinado en 2016 cuando Ford ganó el primer lugar en la clase GTE-Pro en las 24 Horas de Le Mans con su superdeportivo GT de segunda generación. Marcó el 50 aniversario de la primera victoria de Le Mans de la marca estadounidense en 1966, junto con la hazaña sin precedentes de quedar primero, segundo y tercero en la general ese año con el GT40, el icónico corredor que inspiró en gran medida esta nueva iteración.