El proyecto SabreSat introduce un sistema de propulsión aerodinámica, diseñado para mantener los satélites en órbita terrestre muy baja, convirtiendo la delgada atmósfera superior en combustible utilizable. El sistema captura las moléculas de aire residuales y las alimenta a un propulsor eléctrico, lo que permite al satélite contrarrestar la resistencia aerodinámica sin depender únicamente del combustible almacenado.
El cuerpo, con forma de planeador, trabaja con su alta estructura de vela solar para generar energía y, al mismo tiempo, estabilizar el vuelo a baja altitud. Este diseño permite misiones más largas en regiones que antes se evitaban debido a su rápido decaimiento, lo que abre la posibilidad de obtener imágenes más nítidas y sistemas de comunicación de menor latencia.
El satélite puede alternar entre el modo de propulsión convencional y el modo aerodinámico según las necesidades de la misión. Esta flexibilidad operativa ayuda a prolongar la vida útil y a mejorar la maniobrabilidad en capas orbitales densas. La menor altitud también aumenta la precisión de la observación, lo que hace que el concepto sea valioso para misiones centradas en la Tierra que dependen de datos precisos. El sistema destaca cómo una estrategia de propulsión híbrida puede permitir un uso más eficiente del espacio orbital, que históricamente ha sido difícil de ocupar.
Referencias: rdw



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